Cáritas. 24 enero de 2013.- La Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social (CEMCS) entregó ayer en Madrid los Premios ¡BRAVO! 2012, que se conceden anualmente, en un acto celebrado en la sede de la Conferencia Episcopal Española.
El presidente de Cáritas Española, Rafael del Río Sendino, recibió el Premio ¡Bravo! Especial de manos del obispo de Lleida y presidente de la CEMCS, Mons. D. Joan Piris Frígola.
El jurado, reunido en Madrid el 24 de octubre de 2012, otorgó estos Premios con el fin de “reconocer, por parte de la Iglesia, la labor meritoria de todos aquellos profesionales de la comunicación en los diversos medios, que se hayan distinguido por el servicio a la dignidad del hombre, los derechos humanos y los valores evangélicos”
Mons. Piris dirigió un saludo a los asistentes al acto. Recordó que con estos Premios pretende valorar y agradecer el servicio de los comunicadores. “No hay libertad sin verdad, y la verdad nos hace libres. En un mundo en el que se comunica la verdad, gracias a personas, entidades y actividades como las que hoy aquí premiamos, se hace posible la libertad. La comunicación se hace accesible, hermosa y agradable a la verdad, y la verdad es la condición necesaria para la libertad”.
En nombre de los premiados ofrecieron unas palabras de agradecimiento el presidente de Cáritas Española, quien ha recordado que “para organizar el ejercicio de la caridad se creó Cáritas. Vivimos momentos muy difíciles y complicados. A veces nos vemos desfondamos porque no podemos llegar a todas las personas que nos piden ayuda. No hacemos este trabajo por la recompensa, por el premio, pero vivimos en la tierra, somos humanos y cuando se nos concede un premio de nuestra madre, de la Iglesia, nos ayuda a no perder el ritmo, a seguir ayudando a los enfermos, a los incomprendidos y por esta razón lo agradecemos”
También tomó la palabra para agradecer los galardones Ignacio Camacho, columnista del diario ABC, quien destacó que estos galardones “reconocen el esfuerzo por construir una sociedad más formada. Para hacernos mejores a nosotros mismos, y así, a los demás. Debe ser un trabajo honesto, que la sociedad nos concede para que narremos su vida. Sin sentimiento de que importan más los sujetos que los predicados, no se puede hacer periodismo. Somos responsables de ese poder que nos ha sido delegado, no conferido”
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