miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cuidemos más el modo de actuar de Cáritas


En Cáritas trabajamos por la justicia y estamos obligados a decir la verdad y a  defender a quienes sufren todo tipo de carencias.
 
Voy a expresarme como un simple voluntario de Cáritas. No puedo por menos de exponer en voz alta la decepción que hemos llevado los voluntarios que hemos acudido a la entrega de unas “cestas de Navidad”, donación de la fundación Mas y otras instituciones. Eso fue lo que se nos dijo a los equipos de Cáritas, que teníamos que elegir un número de familias para entregarles en un lugar determinado y un día determinado una cesta de Navidad. No tendré que explicar lo que entendemos por una “cesta de Navidad”. Yo me admiro de la paciencia de las personas que acudieron a recoger la cesta, porque yo, nada más llegar, aprecie en los rostros de los voluntarios que habían llegado antes que yo un gesto de decepción, en cambio aquellas personas estaban sentadas, obedientes y expectantes.

La cesta era una bolsa corriente de la compra diaria, la que utilizan en ese establecimiento y con su anagrama bien visible, eso sí, con un lote de alimentos básicos, y ningún producto navideño, ni uno solo.

La conclusión que yo saco, si he de ser fiel a la verdad, es que en esta ocasión la oferta no se corresponde con la realidad; y para ser justo tendré que decir que no hemos estado a la altura de las circunstancias ni los responsables de Cáritas ni la fundación Mas, esta por ofrecernos algo que se supone extraordinario y resultó ser ordinario y escaso, y Cáritas por no asegurarse del producto que se ofrece  gratuitamente. Lo gratuito es, por lo general, abundante y esmerado.

En esta ocasión no nos hemos lucido nadie, bueno, alguien sí, las personas allí presentes que no soltaron una queja, ni siquiera mostraron el mínimo gesto de  decepción, muchos nos saludaban amables y agradecidos. ¡Qué lección! Quizá no nos damos cuenta y no nos merecemos a veces el trato tan amable que recibimos.

Debiera servirnos de lección y cuidar más el modo de actuar de Cáritas cada vez que una institución quiera utilizar su mediación para realizar cualquier tipo de donativo o servicio.  
                                                                                                                                                         O.M.

lunes, 3 de diciembre de 2012

El reparto de víveres



Esta tarde hemos tenido el reparto de víveres a las familias acogidas y no fué fácil por el frío, se notaba en los rostros el cansancio más que otras veces. Me dirigí a más de una persona preguntándole qué pasaba, que cómo iban las cosas. Y la respuesta fue la misma, mal, estoy cansada; no tenían ganas de hablar. Fue un reparto rápido y casi al completo, a penas han faltado unas pocas familias.
 
 
 
“Hoy no podemos daros ni café ni margarina, no nos llegaba el presupuesto". Esto les decíamos y la respuesta siempre era la misma:
-Bueno, lo entendemos´.
-Es que cada semana acogemos dos tres familias más.
-No importa, no pasa nada.
Nos contestaban para tranquilizarnos, ellos a nosotros.
Uno nos dijo:
- No importa, pero es que no tengo nada en el frigo, no sé que voy a hacer.

Se nos acabaron la leche para bebés y algún número de pañales de modo que las dos últimas madres se fueron sin ellos, pero sin protestar. Pero nos pasó que por despiste sí había pañales del número que nos había pedido la última persona; la llamamos y vino a recogerlos su suegro (ella es separada y su suegro es el que le ayuda tanto a ella y al nieto). Cuando llegó este hombre yo pensé que estaría todo contento, pues me equivoqué, estaba deseando soltar su pena: “Me quiero morir. No puedo soportar verla llorar. Cada vez que me pide algo y le digo que no puedo más, que mi pensión no llega para todos, sólo quiero morirme”.

¡Qué tiempos tan duros! Hay que seguir enviando mensajes de solidaridad y de esperanza, porque mucha gente está ayudando y se necesitan cauces para hacer llegar su ayuda a quien la necesita.