lunes, 18 de julio de 2011

Más de un millón de familias en nuestro país viven en infraviviendas y mas de 30.000 personas no tienen hogar.

No poseen servicios mínimos (agua corriente, electricidad, saneamiento incorporado y cuarto de baño), no tienen ventilación adecuada, carecen de protección frente a las inclemencias climáticas, viven hacinados, sus viviendas son de difícil acceso y jurídicamente inestables.
La mayor parte de estas familias poseen unos ingresos medios inferior a 500€, con los cuales tienen que hacer frente al pago de las viviendas en alquiler y recibos básicos de luz, agua y gas. Además, las dificultades actuales que tienen los jóvenes para mantener un empleo y por consiguiente la emancipación.  Por lo tanto, el concepto de hogar, que se refiere al lugar que con carácter estable se desarrolla la convivencia entre los miembros de la familia, no se esta cumpliendo; el modelo de familia estable se va debilitando.
Las peticiones de asistencia se están disparando de tal manera que en los dos últimos años, prácticamente se ha duplicado el número de personas que solicitan  apoyo en nuestras Cáritas Parroquiales. Desgraciadamente, el número de familias necesitadas va en aumento. Observamos como cada mes llegan nuevas familias pidiéndonos ayuda. 
Intentamos evitar el desgaste psicológico ante una situación de impotencia al ver sufrir al colectivo desfavorecido que comprende nuestra situación y limitaciones.

Con este artículo desde nuestro blog, quisieramos hacer una reflexión y una llamada colectiva de atención a las personas con el deseo de ayudar al necesitado.

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